La automedicación y sus riesgos.
Es muy frecuente que cuando llega la temporada de lluvias a nuestro país, también aparecen las enfermedades producidas por la gripa y se vuelve común la práctica de la automedicación, donde el 88 % de la población recurre a esta práctica, según la Confederación Nacional de Pediatría.
Sin embargo, vale aclarar que los medicamentos no funcionan igual para todas las personas y únicamente el médico está capacitado para saber cuál es el medicamento apropiado y la dosis necesaria de acuerdo al cuadro y al historial médico del paciente.
Entre los riesgos más frecuentes encontramos los siguientes:
- Un paciente previamente automedicado se puede diagnosticar de manera incorrecta ya que la enfermedad puede “enmascararse” detrás de ese medicamento.
- La no consideración de los efectos secundarios puede resultar fatal, creándose reacciones adversas o resistencias al medicamento.
- Ocurren farmacodependencias sobre todo con los inhibidores del sistema nervioso central. Una sobredosis de este grupo de medicamentos puede provocar desde irritabilidad hasta un paro cardiorrespiratorio.
- Reacciones alérgicas, éstas no necesariamente ocurren en la primera toma, pueden generarse después de varias aplicaciones.
- La intoxicación es otro riesgo, generalmente se manifiesta a través de náuseas, vómitos, visión borrosa e insomnio.
No hay que olvidar que las personas más sensibles por una mala automedicación son los niños, los adultos mayores y las embarazadas. Debemos considerar también las consecuencias de tomar vitaminas y suplementos.